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Es insólito que en el siglo 21, año 2010 en el cual convivimos con tantos avances tecnológicos, intercambio de información de todo tipo, ruptura de paradigmas como la relación homosexual, la legalización del aborto etc.
El tema de la higiene intima sea aún un tabú para muchas mujeres y les cueste tanto trabajo abordarlo, olvidándose por completo que su área genital es tan importante como cualquier otra en su cuerpo y es a la que menos se le presta atención en lo que a cuidados se refiere pero que a su vez es una de la mas agredidas diariamente.
¿sabe la mujer realmente como cuidar el área genital?
¿Tiene el médico (ginecólogo) los conocimientos suficientes para enseñar y orientar a la mujer al respecto?
¿Es por falta de conocimiento del médico y desinterés de la mujer por lo que el área genital ha sido olvidada y se le ha restado tanta importancia durante muchos años?
Regresemos un poco en la historia y sorprendámonos con el interés que las culturas antiguas le otorgaban al área genital.
Los Hebreos fueron los primeros en introducir el uso de espéculo para examinar vaginalmente a la mujer para estudiar y tratar de resolver problemas específicos del área, siendo lo primeros en utilizar agua corriente para lavar la cavidad vaginal.
Es speculum mágnum matricis encontrado en España en 1919 tiene al menos 2000 años de antigüedad.
La primera teoría que intentó explicar el ciclo menstrual fue la teoría humoral en la cual se veía la menstruación como una pérdida de la sangre “mala” necesaria para equilibrar los humores y conservar la salud, los tratamientos médicos.
Durante la Edad Media para los problemas asociados con la menstruación estaban enfocados a intentar que la regla bajara y no se “durmiera”, utilizando infusiones de propiedades curativas como el ajenjo, la sabina, el azafrán, la ruda, el perejil, manzanilla o hierbaluisa, en ocasiones con alto contenido alcohólico.
Para calmar los dolores menstruales se aplicaban paños calientes en las zonas doloridas.
Se Observó que mientras algunas mujeres no experimentaban indisposición alguna en el momento de sus reglas, otras presentaban cólicos intestinales, molestias renales, hinchazones, sensación de cansancio en los muslos, mastalgía, cefaleas y cambios de humor.
La mujer hebrea, debía presentar ofendas a Yahvé como una forma de purificación después de cada menstruación.
En la India la mujer debía frotarse los dientes, gargarizar doce veces y lavarse las manos y pies, posterior a esos rituales de limpieza debía zambullirse doce veces en el río y frotarse con lodo que contuviera estiércol fresco, volver a zambullirse en el agua treinta y cuatro veces, repetir las friegas de lodo, sumergirse veinticuatro veces más, friccionarse el cuerpo con azafrán y para terminar , darse otros veinticuatro chapuzones.
En el parto se confirma la asistencia femenina, por lo menos en el antiguo Egipto, hace más de cuatro mil años, gracias al descubrimiento de papiros, como el papiro de Ebers, donde ya se menciona el papel de la partera durante el alumbramiento describiendo el uso de paños calientes y la limpieza del área genital.
En el Tora, libro sagrado de los hebreos, también se habla de las mujeres encargadas de apoyar durante el proceso del parto.
Las mujeres eran atendidas por dos tipos de mujeres, las comadronas o parteras que se encargaban básicamente de los partos y las feminae medicae mujeres con conocimientos, que atendían los demás padecimientos de la mujer.
Como se habrán dado cuenta el cuidado del área genital no es un tema nuevo pero sigue siendo un tema relevante que desafortunadamente sigue recibiendo el mismo tratamiento oculto y muchas veces mágico que en la antigüedad.
El área genital es la zona de nuestro organismo que menos protegemos aún cuando existen productos especialmente diseñados para tal efecto, tal vez será porque habitualmente es un área cubierta por ropa y pensamos que con eso es suficiente para protegerla, el cuerpo también habitualmente está cubierto por ropa y aún así se colocan cremas y otros productos para su protección.
Existen partes del cuerpo a las que se les dedica un exceso de cuidados en comparación con el área genital, como por ejemplo la cara y los dientes, será porque son zonas que están a la vista de todo el mundo y el área genital no, aunque en estos tiempos esto último carece cada vez mas de veracidad.
La realidad es que poco se sabe acerca de la importancia y del cuidado que se le debe de brindar a esta zona.
La piel de los genitales tiene características distintas a la del resto de nuestro organismo, tiene un pH distinto por lo tanto el lavarla con jabones convencionales, o neutros la irritan y dañan, también es una zona que está expuesta a muchas agresiones como, el simple uso de la ropa y más si no es de algodón, el uso de ropa muy ajustada, el no utilizar ropa interior y dejar en contacto esta área con telas como mezclilla, lana, etc.
Las toallas femeninas, el uso de panti-protectores en forma habitual, el rasurado del área, las depilaciones, laser, la exposición al sol, la arena, el uso de desodorantes y perfumes, los piercings , tatuajes, las relaciones sexuales, el uso de juguetes sexuales, el sudor, el simple hecho de caminar, el parto, cirugías y traumatismos sobre el área etc.
Se cree que el uso frecuente de duchas vaginales asegura una buena higiene del área lo cual es un grave error puesto que matan la flora normal del área genital con lo cual la hacen más propensa a adquirir infecciones, al igual que el lavado excesivo y con sustancias abrasivas con lo que eliminan por completo la capa grasa que protege el área provocando irritación e inflamaciones crónicas, lo cual causa muchas molestias de comezón, ardor, escozor e incomodidad en el área lo que con mucha frecuencia altera nuestro desempeño laboral o social, o peor aún provoca que rasquemos o frotemos el área para aliviar la molestia logrando únicamente agravar el problema y la sintomatología.
El proporcionar un cuidado adecuado a esta área sobre todo si lo replica la pareja repercutirá en la prevención de infecciones genitales, mayor comodidad en sus actividades diarias, relaciones sexuales placenteras, disfrutar plenamente sus actividades deportivas y sociales.
El cuidado y la higiene del área genital al igual que el del resto de nuestro organismo es cuestión de cultura no de indicación médica, por lo que debemos empezar a enseñar a las nuevas generaciones como cuidarse esta área al igual que como se les enseña la importancia del baño, lavado de dientes, aseo personal, imagen, preparación académica etc.
Con lo cual estaremos fomentando un aumento en la calidad de vida como ya lo lograron casi todos los países europeos.
Afortunadamente cada vez hay más médicos que se están capacitando y entendiendo la verdadera importancia respecto a este tema por lo que si tienen dudas hablen abiertamente del tema con su médico quien les informará la manera más adecuada de cuidar el área genital y que productos son los que existen en el mercado diseñados para este cuidado.
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